LA PINCELADA SIMPLE
SHITAO (1642-1707)

“Por lejos que vayan,
por alto que suban, es necesario que comiencen con un simple paso”. “Para un
ser humano lo más importante es saber venerar”. “Los ríos y las montañas me
encargan que hable por ellos; han nacido en mí y yo en ellos”. “Grande es el
don artístico para aquel de gran sabiduría, mediocre para el de sabiduría
mediocre. Primero la mente debe abrazar al Uno para que el corazón pueda crear
y mantenerse en la alegría. En estas condiciones la pintura puede penetrar la
esencia de las cosas hasta lo imponderable”.
Éstas son algunas
frases del pintor chino Shitao, (1642-1707), también llamado el “monje calabaza
amarga”. Pintor, monje, poeta y calígrafo, Shitao escribió un tratado sobre las
técnicas y filosofía pictóricas titulado "Acerca de la Pintura". En él hace hincapié en dos puntos
básicos: el primero es el método de una pincelada (i-hua), entendiendo como tal
no sólo la idea de primera pincelada, sino el concepto de unidad frente a lo
múltiple. En esta pincelada se recoge toda la fuerza de la obra y ella debe
expresar por sí misma el resto de la composición. De este primer principio se
deriva el segundo, que es la ausencia de método, expresado en la siguiente
frase: "El método es creado por la actividad de pintar, y las
obstrucciones desaparecen durante la creación... así se revela el principio de
la pintura y se comprende plenamente el principio de la pincelada única".
Diríamos, como síntesis, que Shitao apunta a “hacer camino al andar”
polarizándose, vaciándose, conociendo, por medio del ejercicio de la “pincelada
simple” o el “rasgo único del pincel”. En el primer capítulo del tratado puede
leerse:
“En la más alta
Antigüedad no había reglas; la Suprema simplicidad todavía no se había
dividido. Desde que la Suprema simplicidad se divide, se establece la regla.
¿En qué se funda la regla? La regla se funda en el Rasgo Único del Pincel [la
pincelada simple].
El Rasgo Único del
Pincel es el origen de todas las cosas, la raíz de todos los fenómenos; su
función se manifiesta para el espíritu y se oculta en el ser humano, pero el
vulgar lo ignora. Es por sí mismo que debe establecerse el Rasgo Único del
Pincel.
El fundamento de la
regla del Rasgo Único del Pincel reside en la ausencia de reglas que engendra
la Regla, y la Regla así obtenida abarca la multiplicidad de las reglas. La
pintura emana del intelecto: ya sea que se trate de la belleza de los montes,
ríos, personajes y cosas, o que se trate de la esencia y carácter de los
pájaros, de los animales, de la hierbas y de los árboles, o que se trate de las
medidas y proporciones de los viveros, los pabellones, los edificios y las
explanadas, no se podrán penetrar las razones ni agotar los aspectos variados,
si al fin de cuentas no se posee esta medida inmensa del Rasgo Único del
Pincel.
Por lejos que vaya, por
alto que suban, es necesario que comiencen con un simple paso. De este modo, el
Rasgo Único de Pincel abarca todo, hasta la más inaccesible lejanía; de diez
mil millones de golpes de pincel, no hay uno solo cuyo comienzo y remate no
resida finalmente en este Rasgo Único de Pincel, y su control sólo pertenece al
hombre.
Por medio del Rasgo
Único del Pincel, el ser humano puede restituir en miniatura una entidad más
grande sin perder nada: ante todo y en tanto el espíritu se forme una visión
clara, el pincel irá hasta la raíz de las cosas.
Los virajes del pincel
deben ser de un solo movimiento, y la untuosidad debe nacer de los movimientos
circulares, dejando al mismo tiempo un margen para el espacio. Los finales del
pincel deben ser cortantes, y los ataques incisivos. Se debe ser igualmente
hábil para las formas circulares o angulares, rectas y curvas, ascendentes y
descendentes; el pincel va a la izquierda, a derecha, en relieve, en hueco,
brusco y resuelto; se interrumpe abruptamente, se extiende oblicuamente, así
como el agua rueda hacia las profundidades, así brota hacia arriba como la
llama, y todo esto con naturalidad y sin forzar para nada.
Si el espíritu está
presente en todo, la regla informará todo; si la razón penetra todo, los
aspectos más variados podrán expresarse.
Abandonándose a la
voluntad de la mano, de un gesto, se aprehenderá la apariencia formal tanto
como el impulso interior de los montes y los ríos, de los personajes y los
objetos inanimados, de los pájaros y las bestias, de las hierbas y los árboles,
de los viveros y los pabellones, de los edificios y las explanadas, se pintará
según su naturaleza o se interrogará la significación, se expresará el carácter
o se producirá la atmósfera, se lo revelará en su totalidad o se lo sugerirá
elípticamente.
Aún cuando no se sepa
cómo fue llevada a cabo, la pintura responderá a las exigencias del espíritu.
Puesto que la Suprema
Simplicidad se ha disociado, la infinidad de las criaturas se manifiesta una vez
establecida la Regla del Rasgo Único del Pincel. Es por esto que se ha dicho:
“Mi vía es aquella de la unidad que abarca lo universal” [cita de Confucio]
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A partir de la versión francesa de Pierre Rychmans: Shitao: Les propos
sur la peinture du moine Citrouille-amère. Paris, Hermann -Col. Savoir-, 1984.